Él guardaba los recuerdos que más quería en un arcón, esos recuerdos que deseaba que no fueran olvidados. Todas las mañanas decoraba el arcón, dibujaba lirios, amapolas y jazmines; pintaba un día el frente de rojo, la tapa de amarillo, y abajo no lo pintaba porque no se veía; otro día lo pintaba todo de violeta (abajo no), y otra vez lirios, amapolas y jazmines.
Imaginaba que cuando el arcón estaba cerrado, los recuerdos interactuaban, jugaban y se divertían, pero él no sabía que a los recuerdos les gusta dormir. Lamentaba a veces, que los olores y las fragancias fueran tan difíciles de guardar, y se escurrieran de las manos antes de entrar al arcón. Sin embargo él tampoco sabía que estos olores eran los que mejor se guardaban, y se cuidaban por si solos. Había muchas cosas que él no sabía…
Pero un buen día se dio cuenta. Estaba dispuesto a pintar al arcón, todo de un verde brillante, y olvidó en ese momento, si alguna vez lo había abierto para revisar los recuerdos, para tocar y sentir todo eso que había estado guardando celosamente. Desesperadamente lo abrió y agarró un puñado para sostenerlo en la mano, a la altura de los hombros. Pudo ver claramente, como esos recuerdos daban pena, pálidos, insustanciales se iban desvaneciendo para caer con otra forma dentro del arcón, y quedarse inmóviles y descoloridos.
Fue ese el momento en el que descubrió que un sentimiento, estaría ahora como un recuerdo y lo acompañaría , estaría fuera del arcón, caminando al lado suyo, y caminaría al rededor suyo cuando él se quedara quieto... Porque a la nostalgia le gusta caminar.
5 comentarios:
melinda camina acompañada por melancolía...hubo días en que detesto su presencia y otros en las que la quiso entender, más aún quiso desterrarla de su lado...pero todos los intentos fueron en vano. melancolía termino siendo su sana compañera, tanto como soledad, su nueva acompañante de viaje...paso a paso y sin chistar melinda pudo descubrir y disfrutar de melancolía que siempre que se acerca vuelve con esa fragancia de flores sin nombre que había en el patio de su escuela primaria...
El pasado como punto de referencia, como salida incial, como inventario de vida, como retrato (dependiendo del estado metafisico de uno mismo: sepia, blanco y negro, o tecnicolor).
Los recuerdos, una manera de haber sido, y la nostalgia como h�bil herramienta de inspiraci�n.
Hermoso pasatiempo, deste�ir, repasar, escribir, contar, cantar, los recuerdos. Y caminar, por supuesto, con la nostalgia de la mano, o la s�bita melancol�a que nos sorprende cu�ndo nos preguntamos... �es ahora cuando amo la vida, o ayer, cuando le robaba un beso al personaje de mis sue�os?.
No importa, cu�ndo y d�nde sea que hayamos amado la vida, siempre tenemos un recuerdo al alcance, present�ndonos la tentativa de volver, aunque sea imposible. Y al darnos cuenta de eso, en lugar de sentir nostalgia, sentiremos melancol�a... como Melinda&melinda...
que hermosos comentarios...
y de repente uno dice:
-eh!, eh!, que manuel suba cosas a su sitio!- acto seguido alguien le sopla algo al oído.
-Si! y que melinda se haga un sitio asi sube cosas!- dice convencido
Inmensas ganas de que la vida sea una cinta de video, como esas viejas, ponerla en un proyector y recorrer esos paisajes de felicidad, de tristeza, de alegría, de estar al lado de gente que ya no se puede, de verse con delantal a cuadritos, rojo, azul; con uniforme de joggin azul, encontrarse en un edificio amarillo con un piso blanco y negro...
Al mismo tiempo, desesperadas ganas de seguir grabando cintas, de imaginar, de atreverse a escribir el propio guión, eligiendo personajes, lugares, amores, desamores, hermanos, amigos, saber que hay quienes son dignos de aparecer en la cinta, alguien con rulos... él tiene un papel vitalicio.
sospecho que te acabo de plagiar.
o me acabás de plagiar desde el pasado (porque te plagié sin haberte leído)..
sospecho que hay muchas ideas que se le deben haber ocurrido a mucha gente, tal vez llegando desde distintos puntos..
sospecho que soy poco original
sos pecho..
Publicar un comentario