jueves, 30 de agosto de 2007

Tres constantes miserables...

Interesante trío este que dibujaban los antiguos. Sin forzar demasiado a la imaginación, me los figuro a los tres por separado, ensimismados en su conceptualización tan sofisticada, como tres miembros de la realeza, demasiado importantes como para que les resulte interesante alguno de los otros. Pero es cuestión de tiempo y ya estarán revolcándose los muy miserables.

De un lado de la habitación está ella, la señora Physis, siempre más apartada, manteniéndose inaccesible, mirando a los otros dos con desdén, en su largo vestido rojo con esos bordados y encajes. Allá en la esquina está el otro confiado Noesis, cruzado de piernas en esa silla que se mece de forma insoportable, fumando un cigarrillo y ojeando un diario viejo, de esos que ya no dicen nada de nada. Y recostado en el piso, mucho más tímido, el pequeño Logos sin animarse a meter palabra, pero risoteando pálidamente de a ratos, mientras juega con unas hilachas de la alfombra.

El confiado engañoso termina su cigarrillo y tira al suelo el diario amarillento, mientras se para y la silla queda meciéndose igualmente insoportable. La dama lo mira ofendida, mientras él se acerca cada vez más hasta rozar su vestido rojo y asirla de frente pasándole los brazos por la espalda violentamente… ella cede un tanto esquiva. Y en el suelo el pequeño Logos sorprendido se queda inmóvil y deja de jugar con la hilacha, posando la vista en la escena que Noesis y la arrogante Physis protagonizaban apretándose uno contra el otro, chupándose la piel y mordiéndose los labios sin reparo.

A la mínima voluntad de la dama, a Noesis se le escapa el vestido rojo de entre las manos y se ve separado, mientras ella da unos pasos por la habitación y agachándose levemente levanta al pequeño y lo trae de la mano, como a un niño que es llevado a dirección por hacer una travesura.

Y como dije era cuestión de tiempo, unos segundos y estaban los tres enredados, embrollados y enmarañados, revolcándose por toda la habitación. Sudaban mientras se pellizcaban sin dulzura, dejaban el largo vestido rojo en el suelo y se apretaban violentamente las pieles; por la alfombra, sobre la silla mecedora, contra la pared y empañando la ventana. Después de unas horas Physis sale desnuda al patio a fumar un cigarrillo y los otros dos a una pared de distancia continúan despeinándose frenéticamente. Luego vuelve y se abraza cariñosamente con el pequeño Logos, mientras Noesis se peina con la mano y comienza a vestirse.

A los pocos minutos, desprolijo Noesis abre la puerta de entrada y sin decir palabra se va, para el momento en el que Physis estaba escapando por la ventana, mientras Logos se limpiaba la mugre y el sudor en el baño, ella estaba tratando de que el vestido no se le enrede en la saliente de la ventana. Y allí quedó el pequeño Logos solitario, ahora un tanto verborrágico, se puso tímidamente la ropa interior, y se recostó en el piso, a jugar infantil, con la hilacha de la alfombra.

viernes, 17 de agosto de 2007

¿que hay de las nubes?




Yo veo que las nubes pasan y se van, lo único que falta es que yo me quede acá. Espero que pase una grande, salto y me agarro, que me lleve.



Me Pregunto si hará frío allá arriba, bueno igual si las nubes son de algodón o de lana, es como un abrigo enorme. ¿Las nubes son el sweter de Dios? no quiciera sacarle el abrigo a un tipo tan poderoso, aparte hoy debe hacer mucho frio, por eso está tan nublado. Dios debe tener frio y no debe haber caloventores en el cielo.



Seguro están de fiesta... tomando caña Legui y comiendo empanadas, digo... por lo de San Martín (¿cocinará Cabral?).



Ahí viene una nube enorme, que linda es. Ahi se va, no creo que vuelva nunca... si salto capaz me quedo con ella.






pero ¿y Dios?....................... Pobre Dios.






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lunes, 13 de agosto de 2007

disculpe si mucho de lo que aparece aqui tiene que ver con el 44, pero es parte de mi todos los días, y esto es un todos los días de hoy a la mañana

Y pensar que hoy caminé hacia la parada, y antes de cruzar Cabildo para tomarme el 44 en la mano de enfrente, miro como me saluda uno de los móviles mientras está doblando, lo que me pronostica una presumible larga espera. Llegue a la parada propiamente dicha, que dice “línea 44” con un sticker verde hermoso.

Como era predecible, estaba primero en la fila (fila que no había cuando llegué), y en pocos minutos tenía a mis espaldas un largo numero de aspirantes a pasajeros del 44 (lindo colectivo, lindo colectivo), sonaba cerca de mi oído medio, un disco de Fito… a dos personas de mi, ella parada con su pelo cortito, medio rubio, su bufanda y su bolsito, tan hermosa (“uno nunca sabe, uno buscará, lleno de esperanzas los caminos del azar”).

Ahí está, ahí llegó… a punto de subirme al colectivo, hice una señal con mi mano derecha tomando el cañito de la puerta con la izquierda, para dejar que la señora que estaba inmediatamente atrás mío suba primero. Subió primero la señora (-“gracias” –“no, por nada”) y la miré a ella, que seguía inmóvil en el poste, esperando al 168, que también para ahí. (“cuando vos cruzabas esas piernas para mi...cuando simplemente me mojaba...”), entonces me mira un ratito (tan hermosa) y pone su mejor cara de ternura, mordiéndose el labio inferior, (“mientras todo esto se esfumaba…”) y yo me subo al colectivo… listo para afrontar un día que acababa de alegrárseme…. y pensar que si salía un minuto antes, me tomaba otro 44, dejaba pasar a otra señora... y quizas no me miraba nadie.

sábado, 11 de agosto de 2007

jueves, 9 de agosto de 2007

cosas que diría una señora fácilmente indignable, si hubiese viajado en el mismo 44 que yo ésta mañana:

No puedo creer que aquella señora revise una y otra vez esas hojas llenas de números, como si fuera un colectivo-oficina, como esos que me imagino que debe haber en esos países que… bueno, ustedes saben. Además ese niño que está en el otro asiento, tiene un globo, y es un niño ¿Quién ha visto que hagan cuentas de Dios sabe que cosas, al lado de un niño que tiene un globo? (un globo blanco, ¿ a quién se le ocurre hacer que un globo sea blanco? Los globos son de colores, aquí y en China).

A decir verdad, el conductor es un señor amable, recién se subió un policía, y lo dejó pasar gratis… aunque quizás si se suba un ladrón le cobre dos veces el pasaje. Lo único que faltaba, el policía se sentó al lado mío, no tiene gorra, ¡pero que tipo pesado!, hundió todo el asiento. Por suerte se levantó enseguida porque se vieron al fondo del pasillo del colectivo, dos nenas con delantales muy blancos (no me gusta el blanco), venían saltimbanqueando y sin saberlo en cada salto reclamaban el asiento del policía. Que si no fuera porque lleva un arma en la cintura, hubiera dicho sin reparos, que es una persona muy amable… con muchos modales.

Devuelta la señora de los papeles, el flish flish flish sistemático del pasar de las hojas, el nene sigue mirando como el globo va y viene (el globo blanco, ¡blanco! Por el amor de Dios). Ahí se sube un señor mayor, un paso, otro paso y bastón, es cuestión de tiempo, y si, el nene se levanta del asiento tironeado por la madre, y el globo se mueve frenéticamente, y devuelta el vaivén, ¡que madre maleducada! (y maleducante, también).

“Late, nola, late, nola”, las nenas (que ahora estaban al lado mío) no ahorraban volumen a la hora de clasificar su pilón de figuritas con ese odioso sistema binario. Y un hombre canoso tropezó con el escalón, justo cuando una señora morocha se iba a hacer a un lado para que el hombre canoso se sentara del lado de la ventanilla… y que si, que no, que si, que yo me bajo acá, mucha vuelta y caras de vergüenza para que al final el tipo se sentara en el lado de la ventanilla nomas… y lo que es peor, a las pocas cuadras, el hombre canoso tiene que pedirle a la mujer que se mueva para poder salir, la mujer se mueve, y créanlo o no… se terminan bajando en la misma parada que el tipo. Que indignante, deberían irse juntos a tomar el té y seguir ocupando el tiempo en formalidades absurdas y planeando como indignar a la gente buena que viaja en los colectivos.

No puedo creer que está doblando acá este mugroso colectivo, si dobla acá me bajo…

miércoles, 8 de agosto de 2007

el arcón y los recuerdos

Él guardaba los recuerdos que más quería en un arcón, esos recuerdos que deseaba que no fueran olvidados. Todas las mañanas decoraba el arcón, dibujaba lirios, amapolas y jazmines; pintaba un día el frente de rojo, la tapa de amarillo, y abajo no lo pintaba porque no se veía; otro día lo pintaba todo de violeta (abajo no), y otra vez lirios, amapolas y jazmines.

Imaginaba que cuando el arcón estaba cerrado, los recuerdos interactuaban, jugaban y se divertían, pero él no sabía que a los recuerdos les gusta dormir. Lamentaba a veces, que los olores y las fragancias fueran tan difíciles de guardar, y se escurrieran de las manos antes de entrar al arcón. Sin embargo él tampoco sabía que estos olores eran los que mejor se guardaban, y se cuidaban por si solos. Había muchas cosas que él no sabía…

Pero un buen día se dio cuenta. Estaba dispuesto a pintar al arcón, todo de un verde brillante, y olvidó en ese momento, si alguna vez lo había abierto para revisar los recuerdos, para tocar y sentir todo eso que había estado guardando celosamente. Desesperadamente lo abrió y agarró un puñado para sostenerlo en la mano, a la altura de los hombros. Pudo ver claramente, como esos recuerdos daban pena, pálidos, insustanciales se iban desvaneciendo para caer con otra forma dentro del arcón, y quedarse inmóviles y descoloridos.

Fue ese el momento en el que descubrió que un sentimiento, estaría ahora como un recuerdo y lo acompañaría , estaría fuera del arcón, caminando al lado suyo, y caminaría al rededor suyo cuando él se quedara quieto... Porque a la nostalgia le gusta caminar.

martes, 7 de agosto de 2007





Una manifestación -cualquiera sea- dentro de sí misma, se mantiene en un aislamiento de conceptualización, se mantiene lejos de cualificación o categorización, y es encasillada y conceptualizada a efectos prácticos de comunicación... de no ser necesaria esta, toda cosa, toda manifestación de cualquier tipo sería libre de rondar por donde sea, no tendrían horizones semánticos ni paredes insustanciales y se perderían como flashes en éter del tiempo dejando algo impregnado... eso que quizas sea sentimiento, o quizás no




entonces seríamos como grabados... completamente puros
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ni lo necesario... ni mucho menos lo suficiente


Supe cortar mi anonimato cybernético , y abrir una de estos sitios requete-pintorescos... aquel menos-prozac, en el que mi Jamáica John supo decir patrañas, no es hoy un lugar abandonado ... es solo que se me hizo difícil subir cosas, pero entren que creo que mi amigo y compinche Manuel, se encarga de él ( menos-prozac.blogspot.com ).

Ustedes (si es que existe tal cosa) se estarán comiendo las uñas desesperados, porque la intriga les quema las pestañas... la cuestión es la siguiente, yo aca voy a subir algunas cosas que yo tenga tiradas por ahí (ese "por ahí" que generalmente sale de mi cabeza sucia), y a ustedes no les importará y terminarán por insultarme fuertemente por haber malgastado su tiempo en ver las cosas que un sopenco quiere decir, y que las hace públicas por una suerte de oculto y oscuro deseo de autosatisfacción (y esto nada tiene que ver con el sexo).

No hay demasiado más que contar, lo que es claro, es que cada día canto mejor, y les deseo que a ustedes les pase lo mismo.

Sin más, yo nunca fuí, pero sigo siendo JotaJota... esa intrépida personita que estará aqui, y en ningún otro lugar más que en mi teclado... los despido con mucho amor.